NUESTRA SALUD ES PRIMERO
   
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  sp 9-4º ALIMENTOS QUE ENFERMAN
 
 
LACTEOS

O INFECCIONES BACTERIANAS. 
 
La leche es un caldo de cultivo ideal para las bacterias.
No sólo las benéficas bífidobacterias y lactobacilos acidófilos, que se pueden cultivar en otros sustratos vegetales, sino el bacilo de Koch, productor de la tuberculosis, y clostridios productores de gangrena, tétanos y otras enfermedades mortales, la E-coli, que puede generar diarreas, si invade las vías urinarias puede producir Insuficiencia Renal y hasta matar. También se pueden desarrollar virus, hongos y cualquier otra clase de microorganismo.

La pasteurización no destruye todas las bacterias y pasado cierto tiempo, ya la leche está nuevamente cargada de microorganismos. Las autoridades 
sanitarias permiten un máximo de 10,000 bacterias por gramo en la leche en polvo. Una bacteria bastante rara está aumentando de año en año:
Se trata de Listeria monocytogenes Es tan resistente que ha sobrevivido a 11 pasteurizaciones seguidas de la leche.
Estas bacterias también sobreviven a las bajas temperaturas.
Su hábitat es el suelo y el agua, pero los animales pueden transportar la bacteria aparentemente sin enfermarse, pero al ser ordeñadas las vacas, o sacrificados para consumir su carne, el público se expone enfermarse, al consumir alimentos del origen animal tales como carnes y productos lácteos.
Los Estafilococos son una familia muy grande de bacterias que causan entre otras enfermedades: acné, sinusitis, cistitis, meningitis, diarreas severas, neumonías, etc. Se cultivan de maravilla en la leche y quesos.

El daño que produce la grasa en el cerebro

El exceso de grasa en la alimentación produce dos efectos devastadores:

1) Entorpece la circulación sanguínea cerebral, ya que las arterias se obstruyen con liopoproteínas de baja densidad (LBD o LDL), lo que llamamos colesterol malo, que disminuye la elasticidad de los vasos sanguíneos al cerebro, y

2) Genera millones de radicales libres, ya que la grasa se oxida con mucha rapidez, a veces casi al instante. El aceite rancio contiene algunos de los radicales libres más destructivos.

Cada una de las neuronas es 60% grasa, así que sería como si algunas partes del cerebro se pusieran rancias y se fueran pudriendo.

Por eso limpiar la sangre ayuda a despejar la cabeza!!!

 

LOS ADITIVOS: LA GRAN PLAGA DE LA ERA MODERNA 

En los países de la Comunidad Económica Europea, se identifican por un código formado por la letra E seguida de 3 cifras. La primera de ellas, la de la centena, indica la función del aditivo: 

1: Colorantes 
2: Conservantes 
3: Antioxidantes, acidulantes y reguladores del pH 
4: Estabilizantes 
5: Acidulantes y antiaglomerantes 
6: Potenciadores del sabor 
9: Edulcorantes 

E1- Colorantes 

Azoicos:

 

E102,E110, E123, E124, E154 y E155 
Provocan reacciones alérgicas

 

Cochinilla:

 

E120 
Peligroso mezclado con analgésicos

 

Azorrubina:

 

E122 
Anemias, linfomas y tumores

 

Amaranto:

 

E123 
Produce alteraciones en los cromosomas

 

Eritrosina:

 

E127 
Produce hipertiroidismo y fototoxicidad

 

Caramelo:

 

E150 
Provoca alteraciones sanguíneas

 

Negro brillante:

 

E151 
Tóxico por la acción del calor

 

Colorante negro:

 

E153 
Puede contener hidrocarburos cancerígenos

 

Carotenoides:

 

E160 
Provoca intoxicaciones

 

Dióxido de titanio: famoso amarillo Nº 5 o conocido como tartarzina
CREA RETRASO EN EL APRENDIZAGE
BLOQUEA LA SINAPSIS Y DAÑA EL CEREBRO

 

E171 
Bloquea la respiración celular en hígado y riñones

 

Rojo allura: E129 
Azul brillante: E133 
Marrón HT: E155

 

Permitidos en España para colorear carnes frescas de forma fraudulenta. 

E2- Conservantes 

Nitritos y nitratos:

 

E249, E250, E251 y E252 
Se transforman en nitrosaminas cancerígenas

 

Sulfitos:

 

E220, E221, E222, E223, E224, E225, E226, E227 y E228 
Alergias, diarrea, urticaria, cefaleas, vómitos, inactivan la Vit B1

 

Ácido benzoico:

 

E210, E211, E212 y E213 
Problemas neurológicos, asma y urticaria

 

Difenilo:

 

E230, E231, E232 y E233 
Irritaciones en ojos y nariz. Complican las afecciones renales y hepáticas. 

No tóxicos: Ácido sórbico y sorbatos E200, E201, E202 y E203 

E3- Antioxidantes 

Antioxidantes BHA y BHT:

 

E320 y E321 
Colesterol, alergias.

 

Ácido cítrico:

 

E330 
Urticaria y edemas de Quincke

 

Fosfatos:

 

E338, E339, E340 y E341 
Desórdenes digestivos y descalcificación en los niños 

E4- Espesantes, emulgentes y estabilizantes 

Polifosfatos:

 

E450, E451 y E452 
Descalcificaciones y cálculos renales

 

Ácido algínico:

 

E400, E401, E402, E403, E404 y E405 
Reducen la disponibilidad de elementos esenciales

 

Emulsionantes:

 

E431, E432, E433, E434, E435 y E436 
Pueden provocar alteraciones gástricas

 

Ésteres poliglicéricos:

 

E475 
Trastornos en el aparato digestivo

 

Ésteres de propano:

 

E477 
Pueden provocar cálculos renales

 

Derivados de la celulosa:

 

E460, E461, E462, E463, E464, E465 y E466 
Disminuyen la asimilación de componentes esenciales. 

E6- Potenciadores del sabor 

Glutamatos:

 

E625, E626, E627, E628, E629 y E630 
Escalofríos, jaquecas, espasmos musculares, palpitaciones, síndrome de restaurante chino. produce epilepsia cerebral y muscular.

E9- Edulcorantes 

Polioles:

 

E420, E421, E953, E965, E966 y E967 
Dolores abdominales, mareos, flatulencias y diarreas.

 

Aspartamo:

 

E951 
Influye negativamente en los centros nerviosos que regulan el apetito y la saciedad. Es 200 veces más edulcorante que el azúcar.

 

Ciclamatos:

 

E952 
Potencia el efecto cancerígeno de otras sustancias.

 

Sacarina:

 

E954 
Potencia la acción cancerígena de otras sustancias. Prohibida en varios países y en otros debe acompañar la etiqueta “Puede ser peligrosa para su salud”. 

Otros 

Carbonatos:

 

E500, E501, E502, E503, E504 y E505 
Pueden producir gota

 

Ácido glucónicos:

 

E574 
Maduración fraudulenta de los embutidos 

ALGUNOS CONCEPTOS DE INTERÉS 

Un investigador checo, el doctor Bernásek, experimentó con ratas las consecuencias de una alimentación a base de harina blanca a la que se había añadido todos los nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, lípidos y proteínas). Al cabo de un año y en algunas ratas, sólo en su descendencia, aparecía entre otros problemas una degeneración del esqueleto y de los ligamentos. Y como un año, para una rata, equivale a 30 años para el ser humano, los problemas por comer productos refinados (aceites, harinas, azúcares, cereales,…) comenzarían a aparecer al cabo de 30 años. 
Por algo se dice que la belleza hasta los 30 es un regalo de la Naturaleza y a partir de ahí, cada uno tiene la cara que se merece. 

La esperanza de vida ha aumentado y continúa aumentando, pero el estado de salud general no ha mejorado, por el contrario, cada vez estamos más enfermos aunque vivamos más tiempo. La inmensa mayoría piensa que sus problemas se deben a factores externos como el frío, un virus, la contaminación,… Muy pocos se cuestionan que una nutrición deficiente es la causa de todas las enfermedades. “Somos lo que comemos”. Los productos refinados o los lácteos pueden alterar nuestro medio y causarnos problemas de salud. 

El profesor americano William Ellis, en su investigación sobre el consumo de lácteos, ha encontrado una relación directa entre éste y diversas alteraciones como alergias, otitis, faringitis, mucosidades, tumores,… El hombre es el único ser vivo que sigue consumiendo leche después del destete y lo peor es que lo hace de especies distintas a la suya. Nunca veremos en la naturaleza a un adulto mamando y mucho menos de hembras de otra especie. 

Estamos físicamente capacitados para comer de todo sin repercusiones inmediatas, pero nos conviene una dieta más vegetariana que carnívora, rica en hidratos de carbono complejos y muy especialmente cereales y legumbres. 

Investigaciones científicas recientes apuntan al hecho de que comer poco es un seguro de salud para la vejez. Cuanto más se come, más hay que metabolizar. Cuanto más se metaboliza, más radicales libres se producen. Los radicales libres son el factor más importante en el envejecimiento, en las enfermedades degenerativas y en los achaques propios de la tercera edad.

 

RADIOGRAFÍA DE LAS GRASAS HIDROGENADAS 

Hay tres tipos de grasas que nuestro cuerpo utiliza para cumplir muchas funciones: las grasas mono-saturadas, las grasas saturadas y las grasas poli-saturadas. 

Las grasas saturadas, o también llamadas hidrogenadas o transgenicas, son aquellas que tienen sus átomos de carbono saturados de hidrógeno. Se presentan en estado sólido, es decir, son sólidas a temperatura ambiente y se derriten a altas temperaturas. 

Cuando se consumen productos con estas grasas el hígado responde produciendo más colesterol, por lo tanto se eleva el nivel total de colesterol en la sangre y el de colesterol malo, lo que provoca obesidad, sobrepeso y riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, neurológicas, tumores, endurecimiento arterial: artereoesclerosis, celulitis, causa nº1 de las hemorroides y varices ya que tapa las arterias, embolias cerebrales, urticaias, herpes, hongos de la piel y en la sangre, infartos por taponear las valvulas de grasas saturadas que se petrifican en las paredes etc. 

Que quede muy claro que las grasas transgenicas margarinas o mantecas, teniendo colesterol cero, por tener un oxidrilo (molecula de hidrogeno-nitrogeno agua) el higado las transforma en colesterol malo automaticamente
este deteriora todos los tejidos adiposos ya que los contamina con oxidrilos dañandolos y deformandolos, lo que detectamos facilmente con nuestros ojos "CELULITIS"
Y hace doler el alma y el corazon por que esto mata a nuestros seres mas queridos.

Las grasas saturadas están presentes principalmente en las sinteticamente creadas esto es en las transgenicas y de forma natural en alimentos de origen animal y sus derivados: las carnes rojas, la piel del pollo, la leche, los quesos duros, la manteca, la margarina, la yema de huevo y los embutidos. También en algunos alimentos de origen vegetal como la crema de cacao, el aceite de coco y el aceite de palma. 

A través de procesos industriales, donde las transgenicas se forman químicamente las características de las grasas mono-saturadas y poli-saturadas, se convierten en grasas hidrogenadas, saturando sus átomos de carbono con hidrógeno.
Y es allí donde radica el problema de la alimentación porque por más que el origen de la grasa sea vegetal y no saturada, en nuestro cuerpo se comporta como saturada y aumenta los niveles de colesterol y triglicéridos. 


La industria alimenticia emplea este tipo de grasas por su bajo coste y porque los productos con grasas hidrogenadas pueden permanecer durante más tiempo en las estanterías de los supermercados, ya que estas grasas tardan más tiempo en enranciarse. 
Las grasas hidrogenadas se emplean con frecuencia en la elaboración de productos como aperitivos salados (palomitas, patatas fritas), productos precocinados (empanadillas, croquetas, canelones, pizza), bollería, galletas, harinas refinadas, cereales para desayuno y féculas industriales. 
verdaderos venenos para la salud.
La lista de los 10 alimentos con más porcentaje de grasas transgenicas es: 

Patatas fritas (150 g): 7 gr de grasas transgenicas 
Pastel de manzana industrial (1 unidad): 6 gr de grasas transgenicas 
Bollo industrial (1 unidad): 5-6 gr de grasas transgenicas 
Hamburguesa (200 gr.): 3 gr de grasas transgenicas 
Quesito (1 unidad): 2,2-5,2 gr de grasas transgenicas 
Magdalena (1 unidad): 1-2,1 gr de grasas transgenicas 
Galletas (2 unidades): 1,3 gr de grasas transgenicas 
Margarina (1 cucharada): 0,9 gr de grasas transgenicas 
Panecillo comercial (1 unidad): 0,85 gr de grasas transgenicas

    MEDIOS PARA LA CONSERVACIÓN

    • ASEPSIA

    Higiene en las manipulaciones del personal, utensilios, recipientes, instalaciones...

    • TRATAMIENTO

    Aplicar el sistema conservador ideal para cada tipo de alimento

    • ACONDICIONAMIENTO

    Proteger el alimento para prolongar su conservación (envasado, etc)

    CONDICIONES PARA ELEGIR EL SISTEMA DE CONSERVACION

    • Que el tratamiento sea eficaz

    • Que no produzca modificaciones sensoriales

    • Que no presente riesgo toxicológico ! seguridad del alimento

    TRATAMIENTOS CONSERVADORES

    • MÉTODOS TRADICIONALES

    Alimento desecados y salados, ahumados con alcoholes, anhídrido sulfuroso, ácido cítrico, aceite...

    • MÉTODOS FÍSICOS

    • Calor

  • Pasteurización ± 80ºC inactiva microorganismos, pero no sus esporas. En general necesita un apoyo como la refrigeración. Ej: leche pasteurizada en la nevera

  • Ebullición 100ºC durante 5´destruye microorganismos, pero no esporas. Destruye la vitamina C y algo la B1

  • Esterilización +100ºC destruye microorganismos y esporas. Tb vitaminas

  • Uperización 140ºC en segundos, el alimento queda esterilizado y la pérdida nutritiva es inferior a la del sistema anterior

    • Frío

    • Retarda las acciones enzimáticas

    • Retarda reacciones químicas que se dan en el alimento

    • Retarda el crecimiento y actividad de los microorganismos existentes en el alimento

  • Congelación -30º es la temperatura aconsejada para mantener buenas condiciones del producto ! se puede mantener a - 18º. La rápida da menos alteraciones de los productos

  • Refrigeración 0 a 6 - 7 ºC, retrasa ek crecimiento bacteriano paro no la impide. Adecuado para mantener un buen estado de los alimentos durante un tiempo determinado

  • Ultracongelación. Es una congelación industrial. Desciende rápidamente la tempertura con técnicas como aire impulsado frío, contacto con placas frías, lechos fríos, inmersión en líquidos criogénicos

  • Liofilización. Eliminar el agua de los alimentos congelados por medio del vacío y posterior aplicación de calor al recipiente de deshidratación. La técnica es la menos nociva. Alto coste. Se hace con productos farmacéuticos, café...

    • Radiaciones (menos usado)

  • Luz ultravileta bacterizida sobre la superficie de los alimentos, previene cambios de color, oxidación.

    Ionización aplicada de un haz de electrones acelerados (3Me-V = 106 = 1.6x10-6 erpios)

    Rayos gamma emitidas por los núcleos de cobalto 60 o cesio 137. Gran poder de penetración. E = <5Me-V

    Rayos X, E = <5Me-V. Bombardeo de metales pesados con electrones de alta velocidad dentro de un tubo en el que se ha efectuado el vacío.

    Microondas, ondas cercanas al espectro de la radiación infrarroja, producidas a partir de energía eléctrica y que generan una elevación térmica

    Dosis de irradiación = energía absorbida por el alimento respecto a la unidad de masa. Se usa como medida el RAD (hoy más el GRAY)

    De 5 - 20000 rad ! inhibición de germincación y desinfectación

    20000 -1 megarad ! acción bactericida

    1 - 5 megarad ! destrucción de todo tipo de microorganismos

    el consumo de alimentos irradiados a una dosis inferior a un megarad no presenta peligro para el hombre en las condiciones actuales de investigación toxicológica (FAO - OMS)

    • MÉTODOS QUÍMICOS

    Hay más de 5000 sustancias que se pueden usar como aditivos

    A.acético E 260

    Ac.alifáticos A.Propionico 280

    Antisépticos A.sorbido 200

    Benzoico 210

    Ac aromáticos Salicílico (no codificado)

    Anhidrido sulfuroso 220

    Antisépticos Nitrato y nitrito sódico 251 y 250

    Pimaricina

    Antibióticos Nisina

    Iscorbio 300

    Naturales Cítrico 330

    Antioxidantes Tocoferoles 306

    Galato de propilo 310

    Sintéticos Galato de octili 311

    Galato de dodecili 312

    REFLEXIONES SOBRE LA CONSERVACIÓN

    Los problemas de conservación no son iguales para todos los países. Valorar las cuestiones climáticas que pueden acelerar el deterioro alimenticio y la disponibilidad de alimentos en las distintas partes del mundo.

    El sistema elegido no debe entrañar más riesgo tóxico que el que se pretende evitar.

    La elección debe basarse en criterios higiénicos, tecnológicos y económicos.

    Ciertas técnicas bien controladas suponen muchas ventajas para mantener laos alimentos en óptimas condiciones durante un tiempo determinado.

    ENVASES ALIMENTARIOS

    Mantener aislado el alimento del exterior para que no cedan componentes (como olor) o para que pueda ser efectuado por agentes físicos (aire, luz...)

    No trasladar al alimento sustancias extrañas a su composición normal.

    • VIDRIO

    • Silicio y óxidos metálicos

    • Transparencia, opacidad, color, resistencia

    • No permite el paso de rayos ultravioleta

    • Inerte químicamente ! indestructuble ! recuperable

    • Fragilidad

    • Elevado peso

    • METALES

    • Envases metálicos

    • Generalmente de hierro estañado

    • Protección de barniz en el interior

    • Muy resistentes

    • Cierre hermético

    • Hojas metálicas

    Generalmente de aluminio o aluminio + plástico ó papel

    • PAPEL

    Sólo temporalmente puesto que pueden retener humedad ! crecimiento bacteriano

    • PLÁSTICO

    • Polietileno, derivados vinílicos...

    • Poco peso

    • Débil permeabilidad

    • Estabilidad térmica

    • Variedad térmica

    • Variedad de formas, colores

    ETIQUETADO

    • BOE 30-8-1982

    • Real Decreto 2058/82 sobre norma general de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios

    • En la etiqueta figura:

    • Ingredientes

    • Peso

    • Fecha de consumo

    • Caducidad

    • Tratamientos a los que ha sido sometido



      ¿LA SOJA VENENO O ALIMENTO?

      ¡La VERDAD sobre la soya!

      La verdad sobre la soya

      Día con día miles de personas abandonan diversos alimentos como las carnes y los lácteos por opciones más saludables como la soya. En general, con las mismas presentaciones de losalimentos posteriores, es decir, carnes y lácteos pero hechos con soya. Estos cambios se realizan con la creencia de que al hacer esto la salud mejorara, después de todo nos dicen que la soya es muy buena para muchas cosas, en especial para reducir niveles de colesterol, ayudar al climaterio femenino, evitar el consumo de grasas saturadas, obtener una fuente proteica barata e inclusive como una forma preventiva contra el cáncer. Pero, ¿acaso es esto cierto?

       

      La soya no es la gran panacea como todo mundo nos quiere hacer creer. En realidad, la soya es un alimento sumamente nocivo para la salud en cualquiera de sus presentaciones.

       

       

      Algo de historia

      En la antigüedad, los chinos usaban los granos de soya únicamente como estiércol verde (abono) y no la consumían, era sagrada para ellos. La usaban para enriquecer la tierra y con justa razón.

      La planta de soya trabaja de forma armónica con las bacterias rhizobium las cuales en conjunto forman nódulos en las raíces de las plantas para poder capturar nitrógeno del aire y someterlo a la tierra. Según las escrituras chinas de hace más de 2500 años, la soya únicamente debe de ser usada como abono.

       

      Todos los granos de soya contienen factores anti-nutricionales (conocidos como anti-nutrientes) y toxinas. La madre naturaleza ha puesto estas sustancias para evitar que las semillas (de cualquier fruto y alimento del campo) broten prematuramente y para dañar a los insectos y otros predadores que puedan llegar a comerse estas semillas. Es por ello que la soya es mejor usada como abono de otros alimentos.

       

       

      Anti-nutrientes y toxinas naturales en la soya

      Entre estas sustancias se encuentran:

       

      Alergenicos.- la soya es uno de los 8 alimentos más alergenicos que hay.

      Goitrogenos.- sustancias que dañan la tiroides

      Lectinas.- ocasionan que las células rojas se amontonen y que el sistema inmunológico tenga reacciones.

      Oligosacaridos.- azucares que provocan inflamación y flatulencias

      Oxalatos.- previenen la absorción de calcio y han sido ligados a formar piedras en los riñones

      Fitatos.- impiden la absorción de minerales como el zinc, hierro y calcio.

      Isoflavonoides.- son fitoestrogenos (estrógenos de las plantas) que actúan como hormonas y afectan los sistemas reproductivo y nervioso.

      Inhibidores de proteasa.- interfieren con las enzimas digestivas proteasa y tripsina, esto puede llevar a problemas gástricos, una absorción proteica pobre y trabajo excesivo del páncreas

      Saponinas.- pueden dañar las paredes de los intestinos

      Metales pesados.- manganeso, fluoruro, aluminio y cadmio son unos de los metales pesados encontrados en la soya.

       

       

      ¿Por qué la recomendación?

      Entonces, si la soya contiene todas estas sustancias nocivas para nuestra salud, ¿Por qué es recomendada?

      Dinero, todo se trata acerca del dinero. Las empresas dueñas de estos granos han sobornado a políticos y funcionarios de servicios de salud para proclamar propiedades milagrosas de este alimento. Una de las leyes de la mercadotecnia es que, cuando un producto no es vendido por ser barato, se puede vender como milagroso y a cualquier precio.


      Monsanto, la compañía dueña de más del 60% de los granos de soya, usa granos genéticamente modificados (GMO) y como sentido común, todo lo que atente contra la madre naturaleza no es saludable. Más de 2/3 de los granos de soya de EU son vendidos por Monsanto. Estudios generados en laboratorio sobre ratas, vacas, pollos y codornices demostraron que al alimentar a estos animales con granos de soya GMO, los animales sufrieron grandes cambios en diversos órganos como hígado, riñones y testículos. Estos cambios fueron el crecimiento drástico de dichos órganos, esto resulta ser detrimental para la salud.

       

      Además, Monsanto soborna a la FDA para que le permita hacer prácticamente lo que quiera, empezando por la aprobación en 1996 para que pudieran sacar al mercado sus granos GMO.


      Mientras que la FDA ha aprobado a la soya como un alimento beneficioso al corazón, esta misma agencia también ha enlistado a la soya (en otro tipo de base de datos) como una planta venenosa. Existen 256 referencias que revelan que la soya puede causar agrandamiento de la glándula tiroides, problemas de crecimiento, deficiencia de aminoácidos, mala absorción mineral, fallas en el sistema endocrino y carcinogénesis (desarrollo de cáncer).

       

       

      Más mentiras

      Alrededor del mundo, en especial en Estados Unidos, se han encargado de seguir esparciendo mentira tras mentira acerca de la soya. Una de las más grandes es que dicen que las personas asiáticas gozan de mucha mejor salud debido a que su consumo de soya es excesivo. Dicen que este alimento es consumido alrededor de 30 veces más en Japón que en EU, y que los japoneses tienen menores índices de prevalencia al cáncer de mama, útero y próstata. Lo que no mencionan es que los asiáticos y japoneses en general tienen un más alto índice de otros tipos de cáncer como: cáncer de esófago, estomago, páncreas e hígado.

       

      Además, es una gran mentira que los asiáticos consumen 30 veces más de soya que en EU. Realmente el porcentaje de consumo de la soya en países asiáticos como China, Corea, Vietnam, Tailandia, Indonesia, Mongolia e inclusive Japón es de aproximadamente el 1.5% del valor calórico total. De este porcentaje, la mayoría de esos alimentos son miso, tempeh y tofu, al contrario de la típica dieta americana que basa su consumo en productos como hamburguesas, salchichas, pay de queso, leche y otros productos hechos con soya.

       

      El consumo promedio al año de soya en China, Indonesia, Corea, Japón y Taiwán es de 3.4, 6.3, 10.9 y 13 kilogramos respectivamente. Eso quiere decir que el consumo varía de solo 9.3 a 36 gramos de soya al día. Inclusive el Dr. Mark Messina, el vocero oficial de la industria de la soya y organizador de 5 congresos del papel de la soya en la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas dice que, los japoneses (unos de los mayores consumidores más grandes de soya) consumen un promedio de solo 8.6 gramos de soya al día.

       

       

      ¿Una mejor opción de proteína?

      Esta es una de las principales razones por las cuales la soya ha logrado tener tanta aceptación. El hecho que digan que es una mejor fuente de proteína que algunos alimentos animales no lo hace ser cierto. Esto se puede comprobar con un parámetro llamado NPU (net protein utilization) por sus cifras en ingles el cual significa porcentaje neto de utilidad de la proteína en el alimento. La soya tiene un NPU de 61% y los alimentos con los cuales se les compara como son el huevo, leche y suero de la leche tienen un NPU de 94, 82 y 100 respectivamente.

       

      Otra forma de saber la calidad de la proteína es mediante el Valor Biológico de cada alimento, es decir, de qué forma y cantidad se absorbe la proteína en nuestro cuerpo. La soya solo cuenta con un valor de 74 mientras que la caseína (proteína de la leche), la clara del huevo, el huevo entero y el suero de la leche cuentan con valores de 77, 88, 100 y 104 respectivamente.

       

      Lo que sí es cierto es que la soya representa una forma más económica de proteína en comparación con los alimentos de origen animal, sin embargo en la actualidad la soya ha subido tanto de precio que realmente ya no termina siendo razonable su consumo en cuanto a este aspecto se refiere. Un litro de leche de soya cuesta más que un litro de leche de vaca. Además, a la soya le hace falta un aminoácido (metionina) que es esencial para poder formar una buena calidad de proteína, por lo tanto todos los productos de soya deben de ser adicionados con este aminoácido para mejorar su calidad lo cual lo hace más caro.

       

       

      Procesado

      El proceso que se lleva a cabo para producir alimentos de soya como el de bebidas e imitaciones de carnes termina siendo terriblemente nocivo para nuestra salud. La proteína hidrolizada de soya, el cual es el ingrediente principal de todos los productos de soya como carnes de hamburguesa, lasaña, salchichas y lácteos, contiene alrededor de 38 compuestos del petróleo que se agregan durante el proceso de fabricación. Durante este proceso se incrementan los niveles de toxinas y sustancias carcinógenas como las nitrosaminas. Además, los hidrolizados de soya incrementan los requerimientos de vitamina E, K, D y B12.

       

      En los últimos años de los 70’s, una federación americana concluyo que el único uso seguro para los hidrolizados de proteína de soya, es como un agente sellador de cajas de cartón.

       

      Los proceso de alcalinización por los cuales pasa la mayoría de los productos de soya destruyen gran parte de los aminoácidos y también estos mismos sufren grandes cambios convirtiéndose en sustancias cancerígenas. Este proceso también hace perder muchos minerales.


      Ratas de laboratorio que fueron alimentadas con proteína de soya después de ser procesada con sustancias alcalinas (tal y como se hace para eliminar el terrible olor y sabor) sufrieron de daño en los riñones incluyendo piedras y lesiones y ganancia de peso.

       

       

      El aceite de soya no cuida a tu corazón

      Independientemente de los que diga Alejandro Maldonado, el aceite de soya no es la mejor opción para el corazón. De hecho, ninguno de los aceites vegetales como son el de maíz, girasol, cártamo, canola, aguacate, uva u oliva son recomendados para cocinar. A todos ellos les afecta la temperatura, el oxigeno y la luz (tema visto en el artículo: Las increíbles propiedades del aceite de coco), y si se dan cuenta los aceites que se encuentran en el mercado vienen en una botella trasparente la cual permite ingrese la luz y dañe el aceite. Además todos estos aceites están cargados de ácidos grasos omega 6 y 9 los cuales en grandes cantidades y sin una buena ingesta de omega 3, causan inflamación de los tejidos y articulaciones.

       

      Para poder obtener el aceite de granos y semillas, las empresas usan algunos solventes orgánicos como la acetona, benceno, cloroformo y el ciclo hexano los cuales son muy peligrosos para la salud. Estos solventes irritan a los pulmones y suprimen el sistema nervioso central. Su consumo ha sido ligado a la enfermedad de Parkinson.

       

      Los aceites de soya se echan a perder fácilmente porque contienen el agente de su propia destrucción, la enzima lipoxigenasa, también conocida como lipoxidasa. Las semillas de los granos de soya contienen la mayor fuente de lipoxigenasa que hay.


      Para remover el sabor rancio de los aceites, las compañías lo enmascaran con el proceso de refinación, agrego de olor y una pequeña hidrogenación. Este último proceso, la hidrogenación, ocasiona que las arterias se dañen y se tapen lo cual puede resultar en un infarto.

       

      Monsanto no solo se ha encargado de idolatrar a la soya, sino que también se ha encargado de satanizar a alimentos saludables que han sido sustituidos por la soya. Tal es el caso del aceite de coco. Este aceite era utilizado anteriormente como el ideal para cocinar. De hecho si recordamos unos 25 años atrás los problemas cardiovasculares no eran los mismos que los de hoy.


      El mejor aceite que se puede usar para cocinar es al aceite de coco, el cual no le afecta la temperatura, oxigeno y la luz. Tiene menos calorías y sus tipos de grasa protegen al corazón.

       

       

      Composición de la soya

      La soya contiene muchas sustancias que son perjudiciales para la salud, como los anti-nutrientes y toxinas mencionadas previamente, pero dentro de sus macro nutrientes también existe un lado malo.

      Los azucares (llamados oligosacaridos) que contienen los granos de soya, entre ellos la rafinosa y stachyosa, requieren de una enzima llamada alpha-galactosidasa para poder ser degradados propiamente. Desafortunadamente el cuerpo humano y algunos otros mamíferos no venimos equipados con esa enzima, por lo cual al consumir estos azucares se adquieren muchos problemas de flatulencia e inflamación. Ningún proceso de cocción o de altas temperaturas pueden eliminar estos azucares, son muy estables.

       

      En cuanto a la grasa se refiere, la soya está compuesta de prácticamente aceites mono y poli insaturados de los cuales proclaman la protección al corazón, pero como mencionado anteriormente, la mayoría de los granos de soya son vendidos por Monsanto y estos granos contienen grandes cantidades de pesticidas y fertilizantes. Estos se acumulan en las células adiposas y provocan un gran número de enfermedades.

       

      Otras de las sustancias contenidas por la soya son los metales pesados, entre ellos el manganeso, fluoruro, aluminio y cadmio.

       

       

      Formulas infantiles, combinación desastrosa

      A la soya le hace falta el aminoácido metionina, sin la adición de este aminoácido los bebes no pueden crecer adecuadamente. Los infantes que toman formula de soya toman aproximadamente de 75 a 80 veces más manganeso por día que los niños alimentados con leche materna. Nutricionistas de EU advierten que estas cantidades de manganeso causan daño cerebral y problemas de comportamiento. La soya también contiene de forma natural el fluoruro, pero la soya procesada contiene aun más.


      Las formulas infantiles además de ser altas en fluoruro también son altas en aluminio y cadmio. El cadmio contribuye a problemas del corazón, cáncer, diabetes y enfermedades reproductivas.

       

       

      La soya también contiene fitoestrogenos, que son estrógenos naturales de las plantas. Los padres que alimentan a sus hijos con leche de soya (formula), están dándoles sin querer el equivalente hormonal de 3 a 5 pastillas anticonceptivas por día. Esto ocasiona grandes problemas a la larga como la menstruación prematura.

       

       

      Conclusión

      Por el lado que lo quiera ver, la soya en cualquiera de sus presentaciones es dañina. Esto incluye, bebidas, lácteos, carnes, aderezos, aceites, harinas, salsa de soya, etc. La única forma de soya que no hace daño y que posee características saludables resulta ser la soya orgánica, germinada o que haya sido fermentada durante un mínimo de aproximadamente 4 días. Esto sólo se puede observar en el miso, tempeh y nato. Pero debido a que estos tipos de alimentos no se encuentran en el país y mucho menos de origen orgánico, realmente no hay porque recomendar el uso de soya.

      Elimine este alimento perjudicial de su dieta y opte por seguir otras medidas realmente saludables.

      Si el motivo principal por el cual usted decidió consumirla es debido a que sufre de algún padecimiento, hay mejores formas y más seguras de hacerlo.


       

      Otras fuentes de información

      Muchas personas creen que lo que hablo de la soya es algo que yo invento debido a que soy uno de los primeros en México y latinoamerica que habla de ello. Sin embargo todo tiene su sustento. Y una de las fuentes que tambien comparte peligros del consumo de la soya es el diario El universal, tal y como lo puedes leer en la siguiente liga:


      La cara obscura de Cenicienta

      La propaganda que ha generado las increíbles ventas de soja es tanto más notable cuanto que sólo hace unas décadas la soja no se consideraba adecuada para comer -incluso en Asia. Durante la dinastía Chou (1134-246 A.C.) se consideraba a la soja uno de los cinco cereales sagrados, junto con la avena, el trigo, el mijo y el arroz. Sin embargo, el pictograma de la soja, que data de tiempos más recientes, indica que no fue usada en un primer momento como alimento, ya que, mientras que los pictogramas encontrados de los otros cuatro cereales muestran la semilla y la estructura del tallo de la planta, los de la soja se centran en la estructura de la raíz. La literatura agrícola de dicho periodo habla frecuentemente de la soja y de su uso en la rotación de cultivos. Aparentemente la soja fue usada inicialmente como un método para fijar el nitrógeno en la tierra.

      La soja no se empleó como alimento hasta que se descubrieron las técnicas de fermentación en algún momento de la dinastía Chou. Las primeras comidas de soja fueron productos fermentados como el tempeh, el natto, el miso y la salsa de soja. En una fecha posterior, posiblemente en el siglo II AC, los científicos chinos descubrieron que un puré de soja cocinada se podía precipitar con sulfato cálcico o sulfato de magnesio (sales de Epsom) para hacer una especie de pálida cuajada (tofu). El uso de productos de soja fermentados y precipitados se extendió rápidamente a otras partes de Oriente, principalmente a Japón e Indonesia.

      Los chinos no comían productos no fermentados de soja, como hacían con otras legumbres como las lentejas porque la soja contiene grandes cantidades de toxinas naturales o anti nutrientes. Los principales lo constituyen potentes inhibidores de la acción de las enzimas que bloquean la tripsina y otras enzimas necesarias para la digestión de las proteínas.

      Esos inhibidores son proteínas grandes y compactas que no se desactivan al cocinarlas. Pueden producir graves desórdenes gástricos, digestión incompleta de las proteínas e insuficiencia crónica en la absorción de aminoácidos. En animales de laboratorio, dietas altas en inhibidores de tripsina causan agrandamiento del páncreas y otras condiciones patológicas, incluyendo cáncer.

      La soja también contiene haemaglutina, una sustancia coaguladora que hace que los glóbulos rojos se junten. Tanto los inhibidores de tripsina como los de haemaglutina son inhibidores del crecimiento. Ratas destetadas alimentadas con soja que contenía dichos nutrientes no consiguían crecer normalmente. Los componentes que inhiben el crecimiento se desactivan durante el proceso de fermentación, por lo tanto una vez que los chinos descubrieron cómo fermentar la soja, comenzaron a incorporar comidas elaboradas a partir de la misma en sus dietas.

      En productos precipitados, los inhibidores de enzimas se concentran más en la parte líquida que en la sólida (cuajada). Por tanto, en el tofu los inhibidores del crecimiento se reducen en cantidad, pero no se eliminan completamente.

      La soja también contiene substancias que provocan bocio al afectar a la función de las tiroides.

      Adicionalmente, un gran porcentaje de soja está genéticamente modificado (99%), y también presenta uno de los niveles más altos de contaminación por pesticidas de entre todos los alimentos.

      La soja tiene un alto contenido de ácido fítico, contenido en el salvado y las cáscaras de las semillas. Esta sustancia puede bloquear la absorción de minerales esenciales como el calcio, magnesio, cobre, hierro y especialmente cinc en el tracto intestinal.

      Aunque no es una palabra corriente, el ácido fítico ha sido extensamente estudiado; existen literalmente cientos de artículos sobre los efectos del ácido fítico en la literatura científica. En general, los científicos están de acuerdo que las dietas basadas en cereales y legumbres de alto contenido en fitatos contribuyen a las deficiencias de minerales tan extendidas en los países del tercer mundo.

      Los análisis muestran que calcio, magnesio, hierro y cinc están presentes en los vegetales que se ingieren en dichas áreas, pero el alto contenido en fitatos de la soja y otros cereales previene su absorción. La soja tiene uno de los niveles más altos de fitatos de todos los cereales y legumbres que se han estudiado, además, los fitatos de la soja son altamente resistentes a las técnicas normales de reducción de fitatos, como métodos de cocción lentos a baja temperatura. Sólo un largo periodo de fermentación reduce significativamente el contenido de fitatos de la soja. Cuando productos como el tofu se consumen con carne, los efectos del bloqueo de minerales de los fitatos se reducen. Los japoneses tradicionalmente añaden una pequeña cantidad de tofu o miso a un caldo de pescado rico en minerales, al que acompañan con una porción de carne o pescado. 

      Los vegetarianos que consumen tofu como substituto de la carne y de los productos lácteos se arriesgan a sufrir graves deficiencias en minerales. Los resultados de la deficiencia de calcio, magnesio y hierro son bien conocidos, sin embargo, los del cinc no lo son tanto. Al cinc se le conoce como el mineral inteligente porque se necesita para un óptimo desarrollo y funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso. Juega un papel en la síntesis de proteínas y en la formación del colágeno. Está implicado en el control de los niveles de azúcar en sangre, y por tanto, protege contra la diabetes. También es imprescindible para un buen funcionamiento del sistema reproductor.

      El cinc es un componente clave de numerosas encimas e interviene en el sistema inmunológico. Los fitatos presentes en la soja interfieren con la absorción de cinc más que con otros minerales. Las deficiencias de cinc pueden provocar una sensación de elevación o de "flotar" que algunos vegetarianos pueden confundir con un estado de iluminación espiritual. 

      Se cree que la segunda generación de japoneses nacidos en América son más altos que sus ancestros nativos debido a la ingesta de leche. Algunos investigadores postulan que el reducido contenido en fitatos de la dieta americana -cualquiera que sean sus otras deficiencias- es la verdadera explicación, señalando que tanto niños asiáticos como americanos que no comen la cantidad necesaria de carne y pescado para contrarrestar los efectos de una dieta alta en fitatos, frecuentemente sufren de raquitismo, miembros atrofiados y, en general, problemas de crecimiento.

      El concentrado de proteína de soja: no tan saludable como lo pintan.

      Los fabricantes de soja han intentado por todos los medios eliminar estos anti nutrientes del producto final, particularmente en el concentrado de proteína de soja, ingrediente primordial de la mayoría de los alimentos que imitan a la carne y a los productos lácteos, incluyendo alimento para bebés y algunas marcas de leche de soja. El concentrado de proteína de soja no es algo que uno pueda elaborar en la cocina. La producción se desarrolla en fábricas donde las habas de soja prensadas se mezclan en un primer momento con una solución alcalina para remover la fibra, luego se precipitan y se separan mediante un lavado ácido, para finalmente neutralizarse en una solución alcalina. El lavado ácido en tanques de aluminio emite grandes cantidades de 
      aluminio que se acumulan en el producto final. La especie de cuajada resultante se seca a altas temperaturas para producir un concentrado en polvo con un alto concentrado en proteínas. Finalmente, se somete a las originales habas de soja a una última indignidad a base de altas temperaturas y a altas presiones para producir, a partir del concentrado de proteínas de soja, proteína vegetal texturizada.

      La mayoría del contenido inhibidor de tripsina se puede eliminar con la aplicación de altas temperaturas, pero no todo. El contenido inhibidor de tripsina del concentrado de proteína de soja puede variar mucho. Incluso alimentar ratas con niveles bajos de inhibidores de tripsina resulta en una pérdida de peso comparada con los niveles de control. 

      Las altas temperaturas tienen desgraciadamente el efecto secundario de desnaturalizar tanto las proteínas de la soja que las vuelve completamente inservibles. Por eso, los animales alimentados con soja necesitan suplementos de lisina (aminoácido) para su crecimiento normal.

      Durante el secado se forman nitritos, potentes substancias cancerígenas, así como una toxina llamada lisinoalanina que se forma durante el procesado alcalino. Numerosos aromas artificiales, particularmente MSG, se añaden al concentrado de proteína de soja y a la soja texturizada para enmascarar el fuerte sabor a haba y para emular el sabor a carne. 

      En experimentos dietéticos se ha comprobado que el uso de concentrado de proteína de soja incrementa en el organismo las necesidades de vitaminas E, K, D y B12, creando también deficiencias de calcio, magnesio, manganeso, molibdeno, cobre, hierro y cinc. El ácido fítico que permanece en los derivados de la soja inhibe de forma importante la absorción de cinc y de hierro. Los animales de laboratorio alimentados con concentrado de proteína de soja desarrollan órganos más grandes, especialmente el páncreas y la glándula tiroides, e incrementan los depósitos de ácidos grasos en el hígado.

      Sin embargo, los concentrados de proteína de soja y soja texturizada son ampliamente usados en los colegios, en la bollería industrial, en las bebidas dietéticas (light) y en los establecimientos de fast food. Se han promovido ampliamente en países del tercer mundo, constituyendo la base de la comida entregada en los programas de ayuda.

      A pesar de los resultados adversos obtenidos en experimentos con animales, la industria de la soja ha promocionado numerosos estudios designados para demostrar que los productos de proteína de soja son aceptables en las dietas humanas como substituto de las comidas tradicionales.

      Un ejemplo lo tenemos en el estudio "Calidad nutricional de los concentrados de proteína de soja: estudios en niños en edad preescolar", patrocinado por la compañía Ralston Purina. En dicho estudio se aisló un grupo de niños centroamericanos que sufrían de desnutrición y se mejoró su salud alimentándolos con productos nativos, incluyendo carne y productos lácteos. Luego, durante un periodo de dos semanas, se sustituyeron dichas comidas tradicionales por una bebida a base de concentrado de proteína de soja y azúcar.

      Todo el nitrógeno ingerido y excretado se medía de forma muy estricta: los niños eran pesados cada mañana, y todos los excrementos y vómitos se analizaban. Los investigadores encontraron que los niños retenían nitrógeno y que su crecimiento era adecuado, por lo que el experimento fue declarado un éxito.

      Si realmente los niños estaban sanos siguiendo dicha dieta, o permanecerían sanos durante un largo período, es otra cuestión. Los investigadores observaron que los niños vomitaban ocasionalmente, normalmente después de acabar una comida; que aproximadamente la mitad pasaban por periodos de moderada diarrea; que algunos tenían infecciones de las vías respiratorias, mientras que otros sufrían de erupciones y fiebre. Debemos reseñar que los investigadores se atrevieron a utilizar productos de soja para ayudar a que los niños se recuperarán de la malnutrición, viéndose obligados a suplementar la mezcla de soja y azúcar con nutrientes casi ausentes en los productos de soja, especialmente, vitamina A, D y B12, hierro, yodo y cinc.

      Se pone en duda un reclamo publicitario aprobado por la FDA

      Sin duda, la mejor estrategia de marketing para un producto que es intrínsicamente malo para la salud es un reclamo publicitario sobre los beneficios que aporta a la salud.

      "El camino para conseguir la aprobación de la FDA", escribe un defensor de la soja, "fue largo y exigente, consistiendo en una revisión detallada de de datos clínicos humanos recogidos en más de 40 estudios científicos realizados durante los últimos 20 años. Se concluyó que la proteína de soja era una de esas comidas excepcionales sobre las que había suficiente evidencia no sólo para proponerlas como candidatas para un reclamo publicitario a la FDA, sino para pasar con éxito su riguroso proceso de aprobación".

      El camino "largo y exigente" para la eventual aprobación de la FDA tomó de hecho algunos giros inesperados. La petición original, remitida por la empresa Protein Technology Internacional, requirió un reclamo publicitario concerniente a las isoflavonas, compuestos con un comportamiento similar a los estrógenos y que son muy abundantes en la soja, basándose en la siguiente aseveración: "sólo la proteína de soja que ha sido procesada de una manera en la que las isoflavonas de soja se conservan resultan eficaces para rebajar el colesterol".

      En 1988, la FDA hizo una jugada sin precedentes al reescribir la petición de Technology Internacional, eliminando todas las referencias a los fitoestrógenos y substituyéndolos por proteína de soja. Una jugada que incumple las regulaciones de la FDA, la cual sólo está autorizada a regular substancias presentadas bajo petición.

      Este abrupto cambio de dirección se debía sin duda al hecho que muchos investigadores, incluyendo científicos empleados por el gobierno de USA, remitieron documentos que indicaban que las isoflavonas eran tóxicas.

      La FDA recibió también, a principios de 1988, el informe final del gobierno británico sobre los fitoestrógenos, que no lograron encontrar evidencia de sus beneficios y avisaban de sus potenciales efectos adversos.

      Incluso con el cambio a la proteína de soja, los burócratas de la FDA empleados en el "riguroso proceso de aprobación" se vieron forzados a afrontar con destreza las preocupaciones concernientes al bloqueo en la absorción de minerales, los efectos inhibidores de enzimas y de la glándula tiroides, los problemas endocrinos y reproductores, así como el aumento de reacciones alérgicas derivadas del consumo de soja. Dr. Dan Sheehan y Dr. Daniel Doerge, investigadores gubernamentales del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica, escribieron una de las cartas de protesta más enérgicas. Sus peticiones para que se incluyeran advertencias en las etiquetas de los productos de soja se consideraron injustificadas.

      "La suficiente evidencia científica" de la capacidad de la soja para reducir el colesterol deriva en su mayoría de un meta análisis realizado en 1995 meta-analysis por el Dr James Anderson, patrocinado por la empresa Protein Technologies International y publicado en la revista médica " the New England Journal of Medicine".

      Un meta análisis es una revisión y un resumen de los resultados de muchos estudios clínicos versados en la misma materia. El uso de meta análisis para llegar a conclusiones generales ha sido muy criticado por los miembros de la comunidad científica.

      "Los investigadores que substituyen estudios más rigurosos por análisis se arriesgan a asumir hechos falsos y suelen caen en trucos de contabilidad", dice Sir John Scott, presidente de la Real Sociedad de Nueva Zelanda. 

      No olvidemos tampoco la tentación añadida en investigaciones fundadas por compañías como Protein Technologies International de omitir estudios que evitarían llegar a las conclusiones deseadas. El Dr Anderson descartó ocho estudios por razones variadas, dejando únicamente veintinueve.

      El informe publicado sugiere que los individuos con niveles de colesterol mayores de 250 mg/dl experimentarían una reducción "significativa" del 7 al 20 por ciento de los niveles de colesterol en el plasma sanguíneo si substituían la proteína animal por la de soja. En individuos con niveles inferiores a 250 mg/dl la reducción del colesterol era insignificante.

      En otras palabras. Para la mayoría de nosotros, comer una hamburguesa vegetal en lugar de un filete no reduciría los niveles de colesterol. El reclamo publicitario que la FDA aprobó "después de una revisión detallada de los datos clínicos sobre humanos" no informa al consumir de estos importantes detalles.

      La investigación que atribuye a la soja efectos positivos en los niveles de colesterol es "increíblemente inmadura", dice Ronald M. Krauss, MD, director del Programa de Investigación Médica Molecular y del laboratorio Nacional Lawrence.

      También podría haber añadido que los estudios en los que los niveles de colesterol se redujeron mediante la dieta o los medicamentos concluyeron en un mayor número de muertes en los grupos en los que se realizaron los estudios comparado con los grupos de control: muertes por infarto, cáncer, desórdenes intestinales, accidentes y suicidios.

      Las medidas que se han tomado en US para reducir los niveles de colesterol han creado una industria en torno a la reducción del colesterol de 60 billones de dólares, pero no nos han librado de los estragos de las enfermedades cardiacas.

      Soja y Cáncer 

      Las nuevas normas de la FDA no permiten hacer reclamos publicitarios sobre la prevención del cáncer en los envases de comida, lo que no ha impedido que la industria difunda su literatura promocional.

      "Además de proteger el corazón", dice el folleto de una compañía de vitaminas, "la soja ha demostrado tener poderosas propiedades anti cancerígenas. Los japoneses, que comen 30 veces más soja que los norteamericanos, tienen una incidencia menor de cánceres de pecho, útero y próstata".

      Es cierto, pero los japoneses, y los asiáticos en general, tienen unos niveles más altos de otros tipos de cáncer, en concreto, cáncer de esófago, estómago, páncreas e hígado. Los asiáticos de todo el mundo presentan también altos niveles de cáncer de tiroides. La lógica que deduce un nexo de unión entre los bajos niveles de cánceres y el consumo de soja requiere también que se atribuya a la misma comida los altos niveles de cánceres de tiroides y del sistema digestivo, especialmente cuando la soja provoca estos tipos de cánceres en ratas de laboratorio.

      ¿Cuanta soja comen los asiáticos? Una encuesta de 1988 encontró que la cantidad diaria de proteína de soja consumida en Japón era de 8 gramos en los hombres y 7 para las mujeres -menos de dos cucharaditas. El famoso estudio Cornell China, encontró que el consumo de legumbres en China variaba de 0 a 58 gramos al día, con una media aproximada de 12. Si se asume que las dos terceras partes del consumo de legumbres corresponden a la soja, entonces el consumo máximo es cerca de 40 gramos, o menos de dos cucharaditas. Una encuesta de 1930 encontró que las comidas derivadas de la soja sólo suponían un 1,5 por ciento de las calorías de la dieta china, comparado con un 65 por ciento de calorías procedentes del cerdo (los asiáticos tradicionalmente cocinaban con la grasa del cerdo, no con aceites vegetales). 

      Los tradicionales productos fermentados de soja constituyen un aliño delicioso y natural que aporta importantes factores nutritivos a la dieta asiática. Pero excepto en tiempos de hambre, los asiáticos sólo consumen productos de soja en pequeñas cantidades, como condimentos, y no como substitutos de comidas animales, con una única excepción: los monjes que viven en monasterios y llevan un estilo de vida vegetariano, debido a los efectos de la soja para aquietar la libido. 

      Fue un meta-análisis de 1994 de Mark Messina, publicado la revista "Cáncer y Nutrición" el que avivó la polémica de las propiedades anti cancerígenas de la soja. Messina apuntó que de 26 estudios con animales, el 65 por ciento encontraron efectos protectores en la soja. Convenientemente pasó por alto incluir al menos un estudio en el que la soja provocaba cáncer de páncreas - el estudio de 1985 de Rackis. En los estudios humanos que citaba, los resultados estaban mezclados. Unos pocos mostraban algunos efectos protectores, pero la mayoría no mostraban ninguna correlación entre el consumo de soja y las tasas de cáncer. Concluyó que "los datos de este estudio no pueden ser usados como base para afirmar que un incremento del consumo de soja reduce los riesgos de padecer cáncer". Sin embargo, en el libro que escribió posteriormente, "La soja y tu salud", Messina afirma justamente eso, recomendando una taza o 230 gramos de productos de soja al día como la cántidad óptima para prevenir el cáncer.

      Miles de mujer están consumiendo ahora soja creyendo que las proteje del cáncer de pecho. Sin embargo, en 1996 los investigadores encontraron que las mujeres que consumían concentrado de proteína de soja tenían una elevada incidencia de hiperplasia epitelial, una enfermedad que muchas veces desencadena en cáncer. Un año después, se observó que la ingesta diaria de genisteina estimulaba las células del pecho a entrar en el ciclo de las células - un descubrimiento que condujo a los autores del estudio a concluir que las mujeres no deberían consumir productos de soja para prevenir el cáncer de pecho.

      Fitoestrógenos: ¿Panacea o Veneno?

      Las especies macho de pájaros tropicales tienen al nacer el mismo plumaje deslustrado de las hembras, pero al alcanzar la madurez entre los 9 y los 24 meses su plumaje adquiere un brillante colorido.

      En 1991, Richard y Valerie James, criadores de pájaros en Whangerai, Nueva Zelanda, compraron una nueva clase de alimento de pájaros, derivado de la proteína de soja, con el resultado de que sus pájaros adquirieron color en sus plumas en unos pocos meses. De hecho, un fabricante de comida para pájaros aseguró que ese rápido desarrollo era una ventaja añadida de la comida. Un anuncio de 1992 para el alimento de la marca Roudybush muestra la foto de un loro macho australiano, que normalmente adquiere un bello plumaje rojo entre los 18 y los 24 meses, ya brillantemente coloreado a las 11 semanas de vida.

      Desafortunadamente, en años venideros, hubo una reducción en la fertilidad de los pájaros, con maduración precoz, crías atrofiadas, deformes o neonatas y muertes prematuras, especialmente entre las hembras, con el resultado de que la población total en los aviarios se vió gradualmente reducida. Los pájaros presentaban deformidades en el pico y en los huesos, bocio, desórdenes del sistema inmunológico y comportamiento agresivo y patológico. La autopsia reveló que los órganos digestivos estaban en estado de desintegración. La lista de estos problemas se corresponde con muchos de los problemas que tuvieron sus dos hijos, que fueron alimentados con substitutos de leche materna derivados de la soja.

      Sorprendidos, horrorizados y enfadados, los Jameses contrataron al toxicólogo Mike Fitzpatrick. PhD, para que investigara más. Al revisar los trabajos del doctor Fitzpatrick descubrieron evidencia de que el consumo de soja se relacionaba con numerosos desórdenes, incluyendo infertilidad, aumento del riesgo de cáncer y leucemia infantil, y, en estudios que databan de los años cincuenta, que la genisteína de la soja causa alteraciones en las funciones endocrinas en animales. El doctor Fitzpatrick también analizó la comida de los pájaros y encontró que contenía altos niveles de fitoestrógenos, especialmente genisteína. Cuando los Jamases dejaron de usar alimento con soja, los pájaros volvieron poco a poco a su comportamiento y hábitos reproductivos normales.

      Los Jamases se embarcaron en una cruzada privada para advertir al público y a los oficiales del gobierno sobre las toxinas en la comida de soja, particularmente sobre las isoflavonas, genisteína y diazen. Protein Technology International recibió su material en 1994.

      En 1991, investigadores japoneses proclamaron que el consumo de una cantidad tan pequeña como 30 gramos, o 2 cucharadas de soja, por día durante un único mes conduce a un incremento significativo en la hormona TSH. Bocio difuso e hipotiroidismo aparecieron en algunos de los sujetos del estudio, y muchos se quejaron de estreñimiento, fatiga y letargia, incluso cuando su ingesta de yodo era la adecuada. En 1997, investigadores del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica de la FDA hicieron el embarazoso descubrimiento de que las substancias que provocaban el bocio eran las propias isoflavonas.

      25 gramos de concentrado de proteína de soja, la cantidad mínima que Protein Technology International declara con efectos para bajar el colesterol, contienen de 50 a 70 gramos de isoflavonas. Sólo 45 mg de isoflavonas en mujeres premenopáusicas conlleva efectos biológicos significativos, incluyendo una reducción en la producción de las hormonas que se necesitan para un adecuado funcionamiento de la tiroides. Estos efectos no desaparecían hasta 3 meses después de interrumpido el consumo de soja.

      Cien gramos de proteína de soja -el máximo nivel sugerido para reducir el nivel de colesterol, y la cantidad recomendada Protein Technologies International - puede contener casi 600 mg de isoflavonas, una cantidad innegablemente tóxica. En 1992, el servicio suizo de salud estimó que 100 gramos de proteína de soja era el equivalente en estrógenos a la píldora.

      Estudios in vitro sugieren que las isoflavonas inhiben la síntesis del estradiol y de otras hormonas esteroides. Se han observado problemas reproductivos, infertilidad, problemas de tiroides y de hígado debido a la ingesta de isoflavonas en varias especies de animales, incluyendo ratones, guepardos, codornices, cerdos, ratas, esturión y ovejas.

      De las isoflavonas de la soja se dice que tienen un efecto beneficioso en los síntomas de la menopausia, incluyendo sofocos, y protegen además de la osteoporosis. Cuantificar las molestias producidas por los sofocos es extremadamente subjetivo, y la mayoría de los estudios demuestran que los sujetos de control experimentan una disminución de las molestias en una proporción igual a los sujetos que ingieren soja. La aseveración de que la soja previene la osteoporosis es extraordinaria, dado que la soja bloquea la absorción de calcio y causa deficiencias de vitamina D. Si los asiáticos tienen de hecho niveles más bajos de osteoporosis que los occidentales es porque su dieta es rica en vitamina D procedente de las gambas, el tocino y los mariscos, así como del abundante calcio contenido en los caldos hechos con huesos. La razón de que los occidentales tengan una tasa tan alta de osteoporosis se debe a que han substituido la mantequilla por el aceite de soja, que constituía una fuente tradicional de vitamina D, y de otros activadores de las grasas solubles, necesarias para la absorción del calcio.

      Píldoras de control de la natalidad para los bebés

      Eran las isoflavonas del sustituto de leche materna lo que preocupaba más a los Jamases. En 1988 los investigadores reportaron que la cantidad de exposición diaria de los bebés a la isoflavona de soja es de 6 a 11 veces mayor en relación a su peso que la dosis que tiene efectos hormonales en los adultos que consumen productos derivados de la soja. Las concentraciones en plasma de isoflavonas en los bebés alimentados con sustitutos de leche materna de soja era de 13.000 a 22.000 veces mayor que las concentraciones de estradiol en bebés alimentados con leche de vaca.

      Aproximadamente el 25 por ciento de los niños que no son 
      amamantados en USA toman sustitutos a base de soja, un porcentaje mucho mayor que en otras partes del mundo. Fitzpatrick estima que un bebé alimentado exclusivamente con este tipo de sustituto de la leche recibe el equivalente en estrógenos (respecto a su peso corporal) de al menos 5 píldoras de control de natalidad al día. Al contrario, casi no se han detectado fitoestrógenos en los sustitutos de leche materna de leche o en la propia leche humana, incluso cuando la madre consume productos de soja.

      Los científicos han sabido durante años que los sustitutos de leche maternal basados en la 
      soja pueden causar problemas de tiroides en los niños. Pero, ¿cuáles son los efectos de los productos de soja en el desarrollo hormonal de los niños en ambos sexos?

      Los niños experimentan una subida de la testosterona durante los primeros meses de vida, cuando sus niveles de testosterona son comparables a los de los adultos. Durante este periodo, el bebé programa los caracteres masculinos que desarrollará después de la pubertad, no sólo sus órganos sexuales y otros rasgos físicos masculinos, sino sentando también patrones en el cerebro característicos del comportamiento masculino. En los monos, la deficiencia de hormonas masculinas dificulta la percepción espacial (que en los humanos es normalmente más aguda en hombres que en mujeres), la capacidad de aprendizaje y la discriminación visual de las tareas (como se requeriría en la lectura).

      No hace falta decir que los futuros patrones de orientación sexual pueden verse también influenciados por una exposición temprana a hormonas. Los bebés del sexo masculino expuestos durante la gestación a diethylstilbestrol (DES), un estrógeno sintético que tiene efectos similares en los animales a los fitoestrógenos de la soja, tienen testículos más pequeños de lo normal al madurar.

      Dificultades en el aprendizaje, especialmente en los niños varones, han alcanzado proporciones de epidemia. No se puede ignorar el sustituto de leche materna a base de soja -que comenzó a comercializarse a principios de 1970- como una probable causa de estos lamentables desarrollos.

      En cuanto a las niñas, un número alarmante está alcanzando la pubertad mucho más temprano de lo normal, de acuerdo a un recente estudio citado en la revista Pediatría. Los investigadores encontraron que el uno por ciento de todas las niñas muestran ahora signos de pubertad, como desarrollo de los senos o vello púbico antes de los tres años de edad; a los ocho años el 14,7 por ciento de las niñas blancas y casi el cincuenta por ciento de las afroamericanas tienen uno o ambos rasgos sexuales.

      Nuevos datos indican que los estrógenos ambientales como PCBs y DDE (un producto derivado del DDT) pueden provocar un desarrollo precoz en las niñas. El 1986 el estudio Puerto Rico Premature Thelarche puso de manifiesto que la asociación más significativa entre la dieta y el desarrollo sexual temprano no era el pollo, como afirmaba la prensa, sino los substitutos de leche materna a base de soja.

      Las consecuencias de esta infancia reducida son, sin duda, trágicas. Las niñas con cuerpos maduros deben enfrentarse con sentimientos e impulsos que la mayoría de los niños no están preparados para afrontar. Y una temprana maduración en las niñas normalmente provoca problemas en el sistema reproductivo más tarde en la vida, incluyendo problemas en la menstruación, 
      infertilidad y cáncer de pecho.

      Los padres que se han puesto en contacto con los Jamases cuentan otros problemas asociados con niños de ambos sexos a los que se alimentó con sustitutos de leche materna a base de soja, incluyendo un comportamiento emocional muy acusado, 
      asma, problemas del sistema inmune, insuficiencia en la glándula pituitaria, problemas en las tiroides y síndrome del colon irritable -los mismos problemas endocrinos y digestivos que afligieron a los loros de los Jamases.

      Disensión entre las filas.

      Habría que presionar mucho a los organizadores del Tercer Simposio de Soja para que reconocieran que la conferencia fue un completo éxito. El Segundo día del simposio la Comisión Alimentaria asentada en Londres y la Fundación Weston A. Price de Washington, DC, sostuvieron una conferencia de prensa conjunta, en el mismo hotel que el simposio, para expresar su preocupación por los substitutos de leche materna de soja. Los representantes de la industria permanecieron impasibles durante la enumeración de los posibles peligros, y de una petición de algunos investigadores y padres para retirar del mercado los substitutos de leche de soja. 

      Bajo la presión de los Jameses, el gobierno de Nueva Zelanda lanzó en 1998 una advertencia concerniente los peligros de los substitutos de 
      lechematerna de soja; ya era hora que el gobierno americano hiciese lo mismo.

      El último día del simposium, nuevos descubrimientos que se presentaron relacionados con la toxicidad hicieron temblar la vertiginosa popularidad de la soja. El Dr Lon White publicó un estudio sobre los americanos que vivían en América, que mostraba una relación significativa entre dos o más raciones de tofu y una aceleración del envejecimiento cerebral. Los participantes que consumieron soja en su edad madura presentaban unas capacidades cognitivas disminuidas en años venideros, así como una mayor incidencia de 
      Alzheimer y demencia. Y lo que es más, decía el doctor White, "aquellos que comen mucho tofu, cuando tienen 75 o 80 años parecen 5 años más viejos". White y sus colegas atribuían los efectos negativos de la soja a las isoflavonas - un descubrimiento que confirma un estudio previo en el que mujeres post menopáusicas con altos niveles de estrógenos en sangre experimentaban un mayor declive cognitivo.

      Los científicos Daniel Sheehan y Daniel Doerge del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica, le arruinaron el día a Protein Technologies Internacional al presentar descubrimientos de estudios alimentarios en ratas que indicaban que la genisteína contenida en los alimentos derivados de la soja causan un daño irreversible a las enzimas que sintetizan las hormonas en las 
      tiroides. "La relación entre el consumo de soja y el bocio en animales y humanos tiene una larga historia", escribió el doctor Doerge. "La evidencia actual de los efectos benéficos de la soja requiere un completo entendimiento de los potenciales efectos adversos".

      El doctor Claude Hughes reportó que las ratas nacidas de madres a las que se alimentó con genisteína tenían un peso inferior comparado con los grupos de control, y el inicio de la pubertad ocurría más pronto en las crías de sexo masculino. Su investigación sugirió que los efectos observados en ratas "…predecirán en cierto modo lo que ocurre en humanos. No hay razón para asumir que habrá grandes malformaciones de fetos pero habrá cambios sutiles en los patrones de comportamiento, funciones inmunes y niveles de hormonas sexuales". Los resultados, dijo," podrían no significar nada o ser una causa de gran preocupación. Si la madre ingiere substancias que pueden actuar como hormonas sexuales, es lógico preguntarse si ello podría cambiar el desarrollo del niño".

      Un estudio de niños nacidos de madres vegetarianas, publicado en enero del 2000, indican justamente cuales podrían ser dichos cambios. Madres que siguieron una dieta vegetariana durante el embarazo presentaban un riesgo 5 veces mayor de dar a luz a un niño con hipospadias, un defecto de nacimiento del pene. Los autores del estudio sugirieron que la causa era una mayor exposición a los fitoestrógenos en la comida de soja popular entre los vegetarianos. Problemas con la descendencia de sexo femenino de madres vegetarianas es más probable que aparezca más tarde. Aunque los efectos estrogénicos de la soja son menores que los del diethylstilbestrol (DES), la dosis es probablemente mayor porque se consume como alimento, no como medicamento. Las hijas de las mujeres que tomaron DES durante el embarazo sufrieron de infertilidad y cáncer cuando alcanzaron los veinte años. 

      Interrogantes sobre el status GRAS de la soja.

      Acechando en un segundo plano en la masiva campaña publicitaria de lanzamiento de la soja al mercado está la molesta cuestión de si es legal añadir concentrado de proteína de soja a los alimentos. Todos los aditivos alimenticios que no eran de uso común antes de 1958, incluyendo la caseína -proteina de la leche, deben tener el status GRAS (Generalmente Reconocidos como Seguros).

      En 1972, el gobierno de Nixon ordenó una reevaluación de las sustancias que se aprobaron en su día como GRAS según la información científica disponible en su momento. Esta reevaluación incluyó la proteína de 
      soja que fue clasificada como GRAS en 1978. En 1974, la FDA solicitó una revisión de la literatura sobre la proteína de soja porque, como la proteína de soja no había sido usada en la alimentación hasta 1959, e incluso no era de uso corriente en los albores de 1970, no se consideró candidata para tener optar a la certificación GRAS incluida en las leyes que regulaban la comida, los medicamentos y los cosméticos.

      La literatura científica hasta 1974 reconocía muchos anti-nutrientes en la proteína de soja de fabricación industrial, incluyendo inhibidores de tripsina, ácido fítico y genisteína. Pero la FDA acabó con la discusión sobre dichos efectos adversos diciendo que era importante para "un procesamiento adecuado" eliminarlos. La genisteína se podía eliminar con un lavado en alcohol, pero era un proceso caro que los fabricantes evitaban. Estudios posteriores determinaron que los inhibidores del contenido de tripsina sólo se podían eliminar tras largos periodos de calor y presión, pero la FDA no ha impuesto ningún requerimiento para que la industria lo haga.

      La FDA estaba más preocupada con las toxinas que se formaban durante el procesado, especialmente nitritos y lisinoalanina. Incluso una ingesta de niveles bajos de dichas sustancias cancerígenas - una media de un tercio de gramo al día- se consideraban una amenaza demasiado grande para la salud pública para permitir la concesión del status GRAS.

      La proteína de soja.

      La proteína de soja tenía aprobado su uso para encolar cajas de cartón, y se siguió manteniendo dicho permiso al considerar los investigadores que la migración de los nitritos de la caja a los alimentos contenidos en la misma era demasiado pequeña para constituir un riesgo de cáncer. Los oficiales de la FDA requirieron especificaciones de seguridad y procedimientos de monitorización antes de conceder a la soja el estatus de GRAS como alimento. Nunca se realizaron. Hasta la fecha, la proteína de soja está codificada como GRAS sólo para su uso industrial para encolar cartón. Esto significa que la proteína de soja debe estar sujeta a unos procedimientos de aprobación previos a su puesta en el mercado cada vez que los fabricantes intenten usarla como comida o la añadan a la comida.

      La proteína de soja se introdujo en el sustituto de leche materna a principios de 1960. Era un nuevo producto que nunca se había usado antes. Como la proteína de soja no tenía concedido el estatus de GRAS, se requería una aprobación previa a su puesta en el mercado. Ni se concedió en su momento ni se ha concedido hasta ahora. En consecuencia, el ingrediente principal del substituto de leche materna no está reconocido como seguro. 

      ¿Pasará con la soja lo mismo que con el escándalo del amianto?

      A pesar de lo difundido de las alabanzas, se sospecha cada vez más que la soja -a pesar de sus beneficios indiscutibles- puede presentar algunos problemas de salud", afirmaba Marian Burros, un escritor especializado en alimentación del New York Times. Más que cualquier otro escritor, el respaldo de la Sra. Burros a una dieta principalmente vegetariana y baja en grasas ha contribuido a que los americanos se abalanzaran a las estanterías de los supermercados en busca de productos de soja. Incluso su artículo del 26 de enero de 2000, "una nube de dudas se cierne sobre los prometedores beneficios de la soja", contenía la alarmante afirmación: "Ninguno de los 18 científicos entrevistados para este artículo estuvo dispuesto a reconocer que tomar isoflavonas estaba exento de riesgos". La Sra. Burros tampoco enumeró los riesgos, ni mencionó que la cantidad diaria recomendada de 25 gramos de proteína de soja contiene suficientes isoflavonas para causar problemas en individuos sensibles, pero era evidente que la industria ha reconocido la necesidad de protegerse, ya que se encuentra extremadamente expuesta. Los abogados de contingencia pronto descubrirán que los demandantes potenciales se pueden contra por millones y los bolsillos son muy, muy profundos. Los jurados oirán algo similar a lo siguiente: "La industria ha sabido durante años que la soja contiene muchas toxinas. Al inicio dijeron al público que las toxinas se eliminaban durante el procesamiento industrial. Cuando fue evidente que el procesamiento no conseguía eliminarlas, afirmaron que esas substancias eran beneficiosas. Tu gobierno ha concedido el derecho a reclamos publicitarios de una sustancia que es venenosa y la industria mintió al público para vender más soja".

      La industria incluye fabricantes, distribuidores, científicos, publicistas, burócratas, agentes de bolsa, escritores sobre temas alimentarios, fabricantes de vitaminas y tiendas al por menor. Los agricultores probablemente escapen a esta enumeración porque fueron engañados como el resto de nosotros. Pero necesitan encontrar otra cosa para cultivar antes de que la burbuja de la soja explote y el mercado se colapse: ganado alimentado en prados, verduras de diseño o cáñamo para hacer papel para miles y miles de demandas legales... 

 

 
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